Farmacia de Alonso Luengo, en León. Foto de Jordiasturies.

¿QUÉ PUEDES ENCONTRAR EN LA BOTICA?

Cine y TV

Imagen de La Noche Americana, en Senses of Cinema.

En la película "La Noche Americana", el personaje que interpreta François Truffaut, trasunto claro del director francés, tiene un sueño recurrente en el que se ve a sí mismo de niño, robando los carteles con fotos de escenas de la obra maestra de Orson Welles "Ciudadano Kane". Sin haber llegado a tal extremo mitómano, me veo plenamente identificado con ese personaje, tal es la fascinación que he tenido desde pequeño por el mundo del cine.

No he robado carteles, pero si he comprado alguno en mercadillos, y cuando era niño me quedaba extasiado ante los escaparates de los cines, viendo con absoluta entrega las fotos de las películas en cartel, o las de las películas por estrenar. Soy de esa generación que todavía tuvo ocasión de ir a cines de solera, céntricos, decorados con molduras de yeso, candelabros y lamparas de araña, en los que la única pantalla aguardaba dormida tras un telón que se descorría ceremoniosamente antes de empezar el pase... Todo un ritual que daba un tono elevado, casi místico, a la experiencia de ver una película.

Todo eso ha cambiado, claro está, en algunas cosas para bien (las butacas son ahora muy cómodas, el aire acondicionado mata los calores veraniegos) y en otras para mal (la educación de los espectadores, el derroche de plástico, metacrilato y otros materiales frios y sin alma, el precio de las entradas, el desplazamiento de los cines a las afueras de la ciudad, el abuso de las nuevas tecnologías, con unos efectos CGI o películas en 3D que demasiadas veces no aportan mucho o incluso no tienen sentido)... pero el cine sigue teniendo esa fascinación.

Aunque a veces sea en formato compacto, a través de las pantallas del ordenador o la televisión. Porque también pertenezco a una generación que piensa que la calidad de las películas deja mucho que desear, y que estamos asistiendo a una época en la que el mejor cine se hace... en televisión. Estamos ante una nueva edad de oro de las series televisivas, donde se ve la mayor calidad en las historias contadas en imágenes, beneficiadas por un formato que permite la profundización en los argumentos, el despliegue de complicadas tramas, el uso natural de las nuevas tecnologías...

Por supuesto, la fascinación por el mundo televisivo no es nueva. Mi generación es también una generación televisiva, y los nombres de personajes y series añejas, programas que para bien o mal nos han marcado, son de todos conocidos.

Por todo ello, habrá en esta bitácora espacio para hablar de cine y televisión, para seguir disfrutando de, y compartiendo, esta fascinación audiovisual que me ha acompañado toda la vida.

Gracias por vivirla conmigo.