Farmacia de Alonso Luengo, en León. Foto de Jordiasturies.

¿QUÉ PUEDES ENCONTRAR EN LA BOTICA?

Comic

Imagen de "Paracuellos" © Carlos Giménez, Ediciones Glénat.
Hasta donde soy capaz de recordar, siempre he leído tebeos. Siempre me ha fascinado la viñeta, ese elemento narrativo capaz de transmitir emociones infinitas, y me he rendido ante la magía del lenguaje subyacente en las viñetas cuando estas se combinan para contar una historia.

Como para el Pablito de Paracuellos, cada nuevo tebeo que caía en mis manos suponía un instante parado en el tiempo, un momento maravilloso. Abría sus páginas con un temor casi reverencial y luego devoraba una y otra vez todas y cada una de sus páginas con fruición, hasta que las puntas de las hojas se volvían amarillas y macilentas de tanto pasar y repasar. Daba igual que fuera un Tintín, o un Asterix, o un Mortadelo, o un Tio Gilito. Todos "sufrían" ante mi voraz lectura.

Con el tiempo, fui aprendiendo que detrás de Tintín estaba un tal Hergé, o de Asterix unos tales Uderzo y Goscinny... hasta el señor Ibáñez aparecía en la última página de los volúmenes de Mortadelo y Filemón (Nota: tardé tiempo en saber que Walt Disney no era el creador directo de todas las películas y tebeos de su factoría, así que el reconocimiento a Carl Barks fue muy tardío...). Y les envidié esa capacidad de contar una historia en viñetas, envidia acrecentada con el paso de los años, al ver mi incapacidad manifiesta para el dibujo y tener que limitarme a hablar de los sentimientos que me inspiraba su lectura...

La cuestión es que una importante importantísima de nuestra vida se compone de canciones, de libros, de películas... y de viñetas. Viñetas que nos han emocionado y transpuesto, que están dentro de nosotros, y que supusieron ventanas a nuevos mundos, lejanos y cercanos al nuestro.

Si ustedes sienten como un servidor y como el Pablito de Paracuellos, les doy la bienvenida a esta sección de la bitácora y les invito a compartir las sensaciones que puede llegar a ocasionar la lectura de un tebeo o una viñeta. Muchas gracias.

(nota: con una sutil variación, este texto fue usado como introducción de una extinta bitácora de servidor sobre tebeos...)