Farmacia de Alonso Luengo, en León. Foto de Jordiasturies.

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sábado, 5 de abril de 2014

¿FC u ONG Barça?

Vamos a ser directos: aunque nos duela a los culés, a nuestro Barça le han pillado con el tópico carrito del helado. Y lo que nos tendría que doler realmente no es el "pille" en sí, sino el ver que nuestro equipo estaba incumpliendo una ley, y además la estaba incumpliendo con premeditación y alevosía, porque sabía de su existencia y porque se le había advertido.Y punto. Ya está. Cualquier consideración adyacente, como la de la "mano negra que nos persigue", o "nuestro modelo es tan lindo, bonito y chupiguay que para hacerlo se nos tiene que perdonar todo", o el "y tu más" ímplicito en el "otros también lo hacen" o "¡qué no harán los demás!", solo ahonda en lo ridículo e incómodo de la situación.


Hay que dejar aparte dichas consideraciones, insisto, como las hay que dejar en otras situaciones similares. Es curioso que este tipo de argumentos se repitan cada vez que hay una sanción que afecta a alguien que se admira... Cuando Contador dio su famoso e infame positivo made in chuletón, también la claque más fanática habló de "persecución a España" o "tienen envidia de nuestros molones éxitos". No hay nada nuevo bajo el sol, ni siquiera en cosas tan baladíes como el deporte de masas.

También dejaremos aparte por ahora la discusión sobre si la ley en cuestión nos parece justa o injusta, o si la sanción recibida es excesiva, desmesurada o de una necesidad ejemplarizante. En realidad, lo que a día de hoy más me ha llamado la atención, e indignado, es la afirmación de la directiva culé en el comunicado oficial emitido, según la cual el Barça "forma personas antes que deportistas".

Acabáramos. Resulta que hay toda una inversión en ojeadores, viajes por todo lo largo y ancho de este mundo, estudio pormenorizado de vídeos, el riesgo inherente a vulneración de leyes... y todo porque el Barça resulta ser una ONG que recorre el planeta Tierra para salvar a tiernos e inocentes jóvenes de la pobreza y quien sabe si de la delincuencia y convertirles en personas de provecho.

Seamos serios. Siempre he admirado el modelo de cantera, del que el Barça ha sido pionero, en el que el proyecto de futbolista aprende valores como la convivencia y recibe, aparte de la formación deportiva, una educación. Que el modelo es bueno lo demuestra que ha sido luego imitado, y que si se tiene la paciencia de una araña, acaba dando buenos resultados. Muy buenos, de hecho.

Pero de ahí a decir, para escapar a una sanción, que cuenta antes la persona que el futbolista... Si fuera así, ¿por qué no se contrata a niños o jóvenes que no estén dotados para el fútbol? O, si se tiene a una figura en ciernes, ¿por qué no se le da libertad para que elija su destino profesional en lugar de enrolarle en las categorías inferiores del club?

La respuesta es tan evidente que hasta da apuro mencionarla. El Barça, y ningún club de fútbol de élite con prácticas similares, no es una ONG. No busca niños con problemas a los que sacar del arroyo, no tiene por objetivo primordial la educación. Un club de fútbol rastrea el mundo en búsqueda de proyectos de grandes futbolistas y luego, en primer lugar, les da una formación deportiva que puede o incluso debe ser complementada con una formación académica y personal. Y eso está muy bien; es lo lógico que debe hacer este tipo de empresas.

Así que dejémonos de tonterías: el modelo de cantera del Barça es bonito y apoyable, pero no tiene por objetivo primario formar personas. Forma ante todo deportistas, porque el Barça es una empresa deportiva, que se va a beneficiar, porque para eso hace una inversión, de dichos jugadores, ya sea porque acaban jugando en el primer equipo ad majorem Barçae gloriam, o porque luego se hace negocio con ellos mediante traspasos.

Claro que tampoco debería extrañarnos tal demagógica afirmación. A fin de cuentas, es de los autores del "Qatar Foundation es una ONG". (No ahondaré en esto; si les interesa mi opinión, vayan aquí o aquí). Quizás la directiva culé debería revisar su definición de ONG. O explicar por qué a los dos años se cambió a esa "ONG" por una compañía aérea del mismo país...

En fin, lo de siempre. Cuando se acaban los noventa minutos de partido, el fútbol de alta competición da mucho asquito... Pero eso ya lo sabíamos.

Adeu i bona sort.

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