Farmacia de Alonso Luengo, en León. Foto de Jordiasturies.

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viernes, 12 de agosto de 2011

Cien años, así como quien dice un siglo.

Se ha cumplido hoy el centenario del nacimiento del actor mexicano Mario Moreno, más conocido por el personaje que creó para el cine, "Cantinflas". Ahora, si usted tiene menos de treinta años, es posible que esto no le diga nada. Hasta entra dentro de lo posible que haya visto, por obligación o por casualidad, una de sus películas y le hayan parecido trasnochadas y sin gracia.

Pero si usted tiene de 40 años para arriba y vive en algún punto del globo de habla castellana, seguro que recordará al "manito" del bigote minúsculo. Y recordará, como recuerda un servidor, que durante los años setenta, aquí en España por ejemplo, una de las ineludibles citas vacacionales anuales era en un cine de aquellos que ya no existen, en medio de la ciudad, con las plateas abarrotadas de niños en ebullición esperando a que apareciera en pantalla los títulos de crédito que decían eso de "Posa Films presenta a su artista exclusivo etc. etc. ..."

Mirando hacia atrás sin los ojos de la nostalgia, debo reconocer que desde los primeros ochenta no he vuelto a ver una película de Cantinflas. O por lo menos, de las que rodó mayoritariamente desde los años 60. Habrá que descartar, por supuesto por su continua repetición en los canales de turno, su incursión en el cine hollywoodiense en la incomprensiblemente premiada "La vuelta al mundo en 80 días", engendro que no hacia justicia ni a Julio Verne, ni a nadie de su portentoso reparto, desde el trio protagonista David Niven-Cantinflas-Shirley Mac Laine hasta los prestigiosos secundarios e incluso los actores de postín que pasaron por allí para hacer un pequeño cameo... pero ya estoy divagando.

Retomando el hilo, hubo un día , posiblemente muy a finales de los setenta, que Cantinflas me dejó de hacer gracia. Que encontré sus películas almibaradas e infantiles. No por culpa del actor, que se encontraba con un vehículo a su medida, permitiéndole hacer todo aquello que esperábamos de él, sino más bien de unos argumentos sosainas y difícilmente creíbles en esos descreídos años.

Sin embargo, Cantinflas se ha quedado grabado en mi memoria. Su mímica desaforada, su rostro bonachón, y sobre todo y ante todo, su verborrea interminable, inclasificable, que en su absoluto surrealismo incomprensible acababa siendo la base de su comicidad, hasta el punto que el verbo "cantinflear" se acabó convirtiendo en latinoamérica en sinónimo de "hablar sin decir nada", y la RAE terminó por aceptar el vocablo en su sacrosanto diccionario...

Curioso que Mario Moreno dominara el arte cómico de hablar en torrente de palabras sin decir nada, cuando uno de sus soniquetes favoritos era ese "asi como quien dice", con el que introducía una nueva revuelta en sus argumentaciones. Por eso de todas las películas de Cantinflas de mi infancia, de aquella racha en la que cada año interpretaba a un estamento de la sociedad (sacerdote, profesor, embajador, ascensorista, policia, bombero, extra de cine, médico, barrendero, etc. etc.) se me han olvidado los argumentos, por inocuos o por ser casi siempre básicamente lo mismo y me he quedado con esas escenas en las que su personaje mareaba al interlocutor de turno con su inclasificable verborrea... y claro, no puedo evitar esbozar una sonrisa.

Sobre todo teniendo en cuenta, y ahí está otro de los atractivos de las películas de Mario Moreno para un niño de la época franquista como fue uno, que casi siempre las víctimas de su "elocuencia", los que se quedaban con cara de bobos, eran representantes de la autoridad: militares, policías, el cacique de turno... Y ahí entrábamos en palabras mayores, claro. Porque las películas de Mario Moreno, dentro de su inocua inocencia, eran pequeñas bombas de relojería contra el autoritarismo, al que se ridiculizaba una y otra vez.

Algo todavía más evidente en las primeras películas del actor, que sí he acabado revisando en parte durante mis años adultos, y que supusieron todo un descubrimiento, porque en ellas descubrí al auténtico Cantinflas. Y es que debe quedar claro que Mario Moreno, a pesar de que siguió usando el sobrenombre toda su vida artística, acabó dejando de ser Cantinflas. El verdadero Cantinflas no podía ser ni profesor, ni embajador ni patrullero ni nada así... sino un "pelado", un joven pícaro viviendo siempre a salto de mata, metido por ello en circunstancias complejas y usando su viveza para ayudarse a sí mismo y los demás.

Cantinflas era un personaje que se ha comparado al vagabundo de Charles Chaplin, Charlot para nosotros, y la comparación es correcta. Ambos son personajes de clase baja en circunstancias extremas, ambos visten desharrapadamente, ambos se enfrentan a la autoridad, los dos saben salir de los problemas usando su ingenio, los dos son enamoradizos y de corazón de oro, dispuestos a ayudar a los demás. La diferencia está en que si Chaplin hizo del silencio su arte, Mario Moreno rompió los límites de la pantalla con su verborrea.

Así que hoy se cumplen cien años, así como quien dice un siglo, del nacimiento de Mario Moreno. Y como que me pareció que se merecía un homenaje, personal, humilde y espero que muy transferible. Y para despedir este post, envío o lo que sea que a ustedes les parezca, qué mejor que dejar hablar una vez más a don Mario, no haciendo del pelado de Cantinflas en este caso, pero sí "cantinfleando" muy a gusto, ahí esta el detalle miren ustedes, y de paso dejando a la altura del betún al ejército.

Lo cual no está nada mal...

No te hemos olvidado, manito...

 
¡Salud!

3 comentarios:

1966 dijo...

Me falta mucho para llegar a los 40 y aún así sé apreciar el genio de este tipo. Cierto que esa comedia ya no se usa, pero no por eso se devalúa. Al contrario.

Me gusta este nuevo blog. Tant se val d'on venim era extraordinario, seguro este lo será mucho más porque hablará de temas que a muchos culés nos interesan también. La vida tiene demasiadas cosas...

Un abrazo.

Caesar999 dijo...

Bueno, hombre... que somos amigos virtuales por comunión de ideas, y sobre el tema te diré lo que pienso:

Cien años de la fecha de nacimiento del gran Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, mejor conocido como "Cantinflas".

Enumero algunas de las frases más famosas del cómico ganador del Globo de Oro en 1957:

1. "No es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario".
2. Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos.
3. Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación, sino realidad.
4. "Ahí está el detalle".
5. Artista: nombre que se dan muchos artesanos.
6. "¿Cómo dice que me dijo que dijo?"
7. Si se necesita un sacrificio... renuncio a mi parte y agarro la suya".
8. El mundo debería reírse más, pero después de haber comido.
9. Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado.
10. Los momentos pasan y los minutos también... y luego hasta los segundos. Luego, de segundo en segundo, agarra uno el segundo aire. Y luego tú tan chula que eres. Y uno tan enamorado...”

Todas estas reflejan el eterno humor del gran cómico azteca:

La uno es genial por su originalidad... la 7 refleja el carácter ventajista de muchos mexicanos... la 8 me parece la MEJOR y más filosófica... la 9 es afín entre quienes no les gusta el trabajo... y la 10 de quién primero piensa en las chicas; aunque aquí entramos muchos,

Wembley dijo...

He visto a mi viejo llorar de risa con Cantinflas, fue una referencia para toda una generación.

Mario Moreno inventó un personaje único, y si ya es difícil hacer humor, crear un arquetipo como Cantinflas es sensacional.

"No es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario". Sublime.