Farmacia de Alonso Luengo, en León. Foto de Jordiasturies.

¿QUÉ PUEDES ENCONTRAR EN LA BOTICA?

jueves, 25 de agosto de 2011

Mis escenas favoritas. I: Discurso en Villar del Río


Con Bienvenido Mr. Marshall ¿le metieron Berlanga y Bardem un gol por toda la escuadra a la censura franquista, o, como dicen otras fuentes, ésta se hizo la sueca en un intento de demostrar cierto forzado aperturismo de la dictadura? ¿Será que pensaron que no podía haber subversión en una película con la presencia de iconos como José Isbert, Manolo Morán o el mismísimo Miguel Mihura, que, dicen, firmó el guión sin escribir una sóla línea, sólo para dignificarlo o prestigiarlo?

Fuese como fuese, es cuanto menos curioso que esta carga contra la flotación de la España de los años cincuenta saliera adelante. Y es ciertamente increíble que gran parte de sus ideas, diálogos y críticas tengan vigencia hoy en día. A pesar de su avejentado blanco y negro, y de cierto tipo de interpretación ya desfasado por lo que tiene de grandilocuente, la España que representa el fílmico Villar del Río existe aún, y merece las mismas críticas.

Empápense de la escena que les ofrezco: no es sólo que la comicidad presente en la sinrazón de las palabras del alcalde (genial Jose Isbert) aún exista hoy ("os debo una explicación y esta explicación que os debo os la voy a pagar"), sino que también existe la demagogia barata del cacique que interpreta Manolo Morán, representante del poder banquero.

Y ¿qué hay de ese Plan Marshall que esperan los habitantes de Villar del Rio como agua de mayo, dispuestos a agradar a los americanos incluso traicionando sus esencias, igual que ahora nos apoyamos en rescates europeos haciendo servilmente lo que nos digan? Por lo que se ve, en sesenta años las cosas no han cambiado tanto.

No tiene desperdicio la escena, con esos contraplanos del público que escucha pasmado las palabras de alcalde y cacique, o esas admoniciones de este último a personas concretas para que mejoren la vestimenta... por no hablar del contestatario don Luis, aparentemente la voz de la razón, a cuyas acusaciones de dispendio público responde el alcalde diciendo que "ni un sólo céntimo ha salido de la caja municipal, porque la caja municipal nunca ha tenido un céntimo y siempre ha estado vacía". Humor surrealista en estado puro.

Revisen cuando puedan esta película, fresca y vital a pesar del paso del tiempo. Las obras maestras son así.

¡Salud!

No hay comentarios: