Farmacia de Alonso Luengo, en León. Foto de Jordiasturies.

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lunes, 15 de agosto de 2011

A mal partido buen resultado

Foto de Susana Vera (Reuters) en El Pais

Cuando en un partido con un resultado favorable tu mejor jugador es el portero, eso quiere decir que a pesar del marcador a la conclusión, algo has hecho mal. Evidentemente, debes sentirte orgulloso de tener un guardameta a la altura de las circunstancias, pero debes ser consciente de que el rival te ha tomado la matrícula y te has salvado por los pelos.

Lo bueno es que estamos a comienzos de temporada, que sabes que no has podido o no has querido poner todas tus fichas en el tablero y que además la mayoría de tus futbolistas no han hecho más allá de cuatro entrenamientos. Por ello, ves el vaso medio lleno y piensas que las cosas van a ir a mejor, y te congratulas de que ante un contrincante más preparado y, si me apuras, motivado, has sabido guardar la ropa.

Esta es la lectura que planteo del partido de ayer, y con ella creo que debemos quedarnos. A un Barça en horas bajas, lejos aún de la forma que se supone llegará con el comienzo, sea cuando sea, de la Liga, a un Barça con sus figuras aún por reconstruir, a un Barça con desajustes defensivos... le bastaron dos pinchazos de sus estiletes para sacar un buen, un fenomenal resultado del estadio del malo de la película... bueno, eso y un soberbio, sublime Victor Valdés.

Que el Barça aún debe afinar mucho lo demuestra el que en esta ida de la Supercopa extraviara su esencia, lo que le da la razón de ser: la posesión del balón. Sin la pelota, los de Pep se pierden en los recovecos de su propio campo, y cuando tu defensa está hecha a retazos y presenta evidentes síntomas de descoordinación, eso es muy peligroso.

No hay que quitar mérito al Madrid en todo esto, un Madrid que usó las dos armas que sabe que más daño hacen a los culés. Una buena, y otra no tanto. Empecemos por esta última, para quitárnosla cuanto antes de encima: unos cuantos jugadores merengues (Khedira, Alonso o el inefable Pepe) volvieron a jugar al filo del reglamento, cuando no lo incumplieron flagrantemente, para recuperar pronto la pelota, y demasiadas veces con la aquiescencia arbitral.

En el apartado bueno (para ellos, claro está), Mourinho les puso a ejercer una presión agobiante, estresante incluso, casi ya desde la línea de porteria blaugrana, otorgándoles muchos robos de balón que con su juego rápido y directo les permitió crear mucho peligro y unas cuantas ocasiones de gol. Cristiano estaba ausente, pero ahí le tomaban el relevo unos profundos Özil y Benzema, que tras unas pocas intentonas (San V. Valdes, ora pro nobis) acabaron encontrando recompensa.

Entretanto, el Barça se ahogaba por momentos, con una línea media desasistida (y que cuando le llegaban balones se topaba con la guardia pretoriana mourinhista con licencia para recuperar la pelota por cualquier medio), una inexistente delantera, y una defensa a la que a estas alturas de temporada le viene aún muy grande este tipo de juego.

Pero héte aquí que a la media hora, en la primera ocasión prácticamente que el Barça logra superar con criterio la línea del centro del campo, Messi le pone una buena asistencia a Villa y éste se escora primero y luego enfila hacia la mitad de la frontal del área madridista para colocar la pelota en un rincón de la portería de Casillas olvidado hasta por las telarañas... Una de una. ¿"Pegada"? Quizás. Pero también, y sobre todo, calidad.

Y, para éxtasis nuestro, la segunda vez que el Barça logra llegar a la zona de peligro, a la defensa madridista le da un síncope que aprovecha Messi para dar la vuelta al partido. Y todos, nosotros y "ellos", frotándonos los ojos... Dos de dos. ¿"Pegada" otra vez? Puede, adobada con calidad y una miaja de fortuna...

Ante esta circusntancia, el Madrid entró en estado de shock, algo que aprovechó el Barça para recomponer la figura... la segunda parte vimos ya atisbos del Barça que conocemos, con Iniesta, Thiago (y luego Xavi) recuperando algo el balón, Alexis dando retazos de la calidad que atesora, una defensa recompuesta con Piqué... Los de Mourinho se recuperaron algo con el gol de Alonso, y por unos pocos, breves minutos volvieron a agobiar la defensa culé, pero esta vez más llevados por la inyección de adrenalina tras el tanto que por una presión organizada. La zaga blaugrana estaba más atenta y los jugadores madridistas, más cansados.

Poco a poco el partido fue entrando en una dinámica correcalles, para acabar en un cuarto de hora final de locos en el que aparecieron los espectros de los clásicos pasados, con entradas a destiempo (Pepe, "maestro"), jugadas polémicas (dos claros penalties, uno por área, sin pitar), conatos de tanganas... Por suerte, el pitido final cortó de raíz el triste espectáculo.

No fue un gran partido, pero sí fue vibrante y disputado, fiel reflejo del estado anímico y de forma de ambos rivales. Más fuerte anímicamente el Barça, sin ninguna urgencia por resolver y con temple para superar adversidades, pero más, mucho más, débil que el Madrid; por su parte, éste se mostró histéricamente acuciado por una necesidad creciente de vencer a sus rivales (como si lo de la Copa no hubiera sido suficiente), más proclive a hundirse ante la contrariedad, pero también más fuerte y mejor preparado a estas alturas de (pre)temporada...

  • Temporada 2011-2012
  • Supercopa, partido de ida, estadio Santiago Bernabeu, 21-8-2011
  • REAL MADRID - 2 (Özil  -13-, Alonso -53-
  • F.C. BARCELONA - 2 (Villa -35-, Messi -45-)
  • Notas: Valdés -10-; Alves -6-, Mascherano -4-, Abidal -5-, Adriano -4- (Piqué, min. 62 -6-); Thiago -5- (Xavi, min. 57 -6-), Keita -5-, Iniesta -6-; Alexis -7-, Messi -6-, Villa -7- (Pedro, min. 72 -6-). 
  • El mejor de los otros: Özil 

Nos queda el partido de vuelta, a cuatro días del supuesto comienzo de Liga. Ante lo apurado del calendario, me sobra ese encuentro, porque además estoy harto de clásicos. Así de claro. Pero el miércoles el Barça, ante su público, debe dar a su afición la alegría de ganar el primer título de la temporada, y de mostrar ya poco a poco las hechuras que debe tener a comienzo de curso. Que nosotros lo veamos.

(Ah, y además, que alegría, que alboroto, ha ganado el perrito piloto... ya tenemos a Cesc. Bienvenido, Mr. Fábregas.)

Adeu i bona sort.

2 comentarios:

Wembley dijo...

Yo lo ví como Karanka, las cosas no cambian, siguen dando estopa a saco mientras el árbitro mira para otro lado y los medios evidenciándose hasta la náusea.

El Madrid parece un frenopático, lleno de psicópatas. El nacional madridismo está de los nervios. Ayer a Sanchís y a Rivero solo les faltó empezar a gritar uh, uh, uh, cuando gran parte del público insultó a Alves.

Nosotros regular, algo previsible. Me gustó Alexis, rompió a Marcelo un par de veces, peleó y combinó bien. Y qué golazo del Guaje.

jordiasturies dijo...

hehehe siempre tirando con bala Wembley... efectivamente, como decía el merengue Julio Iglesias, "La vida sigue igual"...

...en lo único en que ha cambiado es que el del domingo fue el primer partido en años en que, en una fase concreta del partido, el Madrid fue superior al Barça. No es para ponerse a temblar, claro... "ellos" se tomaron este partido muy en serio, y su preparación en pretemporada estuvo pensada en coger un primer pico de forma en este partido, mientras que los nuestros se tomaron la pretemporada de otro modo... todo ello da más valor al resultado obtenido.

Habrá que ver qué pasa cuando estemos metidos en Liga y Champions...